infanto juvenil

La población de adolescentes y jóvenes, según la OMS,  representa al 24,5% de la población total (232 millones).  Están viviendo en un mundo que experimenta un período de transición demográfica, globalización, cambios ambientales y un uso creciente de las nuevas tecnologías de comunicación 

Primer paso

Las principales causas de discapacidad entre los jóvenes son la depresión, la esquizofrenia y el abuso de sustancias tóxicas; siendo el suicidio la tercera causa de muerte. Según señala el nuevo informe llevado a cabo por la Organización Mundial de la salud (OMS), estos trastornos representan el 45% de las enfermedades que afectan a la población de entre 10 y 24 años de edad en el mundo. Según la bibliografía científica, más del 70% de los trastornos mentales aparecen antes de los 18 años y uno de cada cuatro jóvenes tiene o desarrollará una enfermedad mental.

 

Es de vital importancia que tanto la comunidad científica como los gobernantes, profesionales, familiares y la propia sociedad en general, sean conscientes de la trascendencia que tiene la prevención en edades tempranas; ya que, a pesar de esto, un artículo publicado en la revista médica The Lancet en junio de 2011, los adolescentes y jóvenes han quedado relegados en los programas de salud porque siempre se ha considerado a este grupo de edad como un «grupo sano».

 

Por esto, “Primer Paso”, a través de la Fundación Asam Familia, presenta una intervención basada en la prevención del trastorno mental y sus posibles secuelas en el entorno sociolaboral y formativo de los jóvenes, utilizando el ocio y tiempo libre como recurso. En el programa son los jóvenes los principales actores, siendo ellos los que proponen y deciden las actividades a realizar. Los profesionales intervienen en la realización de estas actividades como un agente facilitador, que ayude a los jóvenes a conseguir sus objetivos y que aprendan a establecer vínculos favorables con el entorno.

 

Más allá de las responsabilidades escolares y familiares, los jóvenes encuentran en el disfrute del ocio un escenario ideal donde empezar a poner en práctica su creciente autonomía, profundizar en sus relaciones sociales y consolidar su identidad personal, todas ellas, habilidades necesarias para su incorporación al mundo laboral. La forma en que cada chico o chica ocupa y disfruta de su tiempo libre se convierte así en una importante fuente de influencia en el posterior desarrollo sociolaboral de los jóvenes.

 

Las actividades de ocio mejoran la visión de los usuarios respecto a su recuperación, pues relativizan el impacto negativo que la enfermedad tiene en sus vidas con lo que puede facilitar que recupere un papel activo y protagonista en la cotidianidad de su día a día. Así mismo, puede aumentar el grado de satisfacción y disminuir la ansiedad e irritabilidad, lo que significa una disminución de la sintomatología negativa y un mejor manejo de la positiva.  La participación activa en este tipo de actividades propicia un ajuste dentro de las redes sociales de apoyo que además favorecen la cohesión grupal y la pertenencia a una red de apoyo donde se pueden expresar y regular las emociones.

 

“Primer Paso” está dirigido a jóvenes de entre 16 y 30 años, diagnosticados de un trastorno mental o con síntomas, que dificulten o interrumpan su participación en actividades formativas, sociales y de ocio y/o que carezcan de una red significativa de apoyo social. Este proyecto, surge de la necesidad de crear un servicio destinado a jóvenes a partir de los 16 años de edad (y hasta los 30), con el fin de complementar la atención recibida por parte de otros recursos relacionados con el ámbito de la salud mental. 

 

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